Calas en Mallorca: la magia inspiradora de Sa Calobra
La Serra de Tramuntana esconde muchos rincones de gran belleza a lo largo de su abrupta y escarpada orografía. Uno de esos lugares mágicos es Sa Calobra, situada en el municipio de Escorca (el que cuenta con menos densidad de población de toda la isla de Mallorca, con apenas 2,2 habitantes por kilómetro cuadrado). Hay muchas calas en Mallorca, pero está es una de las más espectaculares. Sa Calobra es especial por varias razones. Es una de las pocas salidas al mar de la Serra de Tramuntana. No es vano, es fruto de la erosión del agua que fluye la mayor parte del año por el mítico Torrent de Pareis y que, durante miles de años, han esculpido la roca. Hoy en día, el fondo de arena, grava y cantos rodados de Sa Calobra está rodeado de paredes de 200 metros de altura.
Para llegar hasta Sa Calobra hay dos opciones. La primera y más aventurera es descender por el Torrent de Pareis, en una excursión que atraviesa riscos de 300 metros. Por su carácter agreste y por algunos pasos complicados, la mayor parte de los montañeros mallorquines consideran al Torrent de Pareis como la excursión más extraordinaria de la isla. Se recomienda hacerla siempre acompañado de un buen guía, botas de caña alta, buena condición física y cierta experiencia en montaña. Mejor entre mayo y octubre. Para los menos aventureros, se puede llegar a Sa Calobra por carretera, aunque también tiene su punto de singularidad, ya que son 14 kilómetros de curvas, 12 de 180 grados y una de 360, conocida como Nus de sa Corbata (Nudo de la corbata), que salva un desnivel de 900 metros. Una vez abajo, hay que atravesar un túnel peatonal que bordea los acantilados verticales y agrestes para llegar a la cala.
El carácter mágico de este lugar queda demostrado por el hecho de que cada mes de julio se celebra un concierto coral en la cala, para aprovechar la excelente acústica que proporcionan las paredes verticales que la envuelven. Un rincón inspirador de obligada visita durante unas vacaciones en Mallorca.